Catalina Moya El imaginario Balmacedista: ¿Demócrata o Revolucionario? Dos concepciones política-ideológicas para su abordaje
Revista IZQUIERDAS
Año 2, Número 3 ISSN 0718-5049
El Imaginario Balmacedista: ¿Demócrata o Revolucionario? Dos concepciones política-ideológicas para su abordaje
The Imaginary Balmaceda: Democrat or Revolutionary? Two concepts for political-ideological approach
Catalina Moya Parra*
Resumen
Esta ponencia problematiza en torno al momento de surgimiento del Imaginario político Balmacedista desde cierto sector obrero a comienzos del siglo XX. El cual se explica a través de un precedente de contenido político-ideológico "democrático". Desde aquí, se estudia la relación de este primer momento, con una reactualización del imaginario Balmacedista, desde un sentido político-ideológico "revolucionario" durante el proceso de la Unidad Popular
Palabras clave: Imaginario político, balmacedismo, izquierda, Unidad Popular
Abstract
This paper examines around the time of emergence from some imaginary political Balmacedista sector workers at the beginning of the twentieth century. Which is explained through a precedent of political-ideological "democratic." From here, we studied the relationship of this first time, with an updating of imaginary Balmaceda sense from a political-ideological "revolutionary" during the process of Popular Unity
Keywords: Imaginary political, Balmaceda, left, Popular Unity
En esta presentación se intenta dar algunas luces acerca de la problemática histórica que surge en cuanto a la transformación del contenido político-ideológico, de dos momentos distintos, que responden a la inauguración y al cierre, del desarrollo del imaginario
* La autora es egresada Licenciatura en Historia, mención estudios culturales. Universidad Academia de Humanismo Cristiano
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balmacedista: por una parte, si nos situamos en los albores del siglo XX, se nos presenta una suerte de constatación historiográfica (citada en algunos trabajos de autores como Harold Blakemore, Julio Pinto, entre otros), que da cuenta de la manifestación de un "culto obrero" hacia la figura de Balmaceda en la cultura minera nortina. Partiendo de la base de un documento oficial de 1908 que narra que al ingresar a las viviendas mineras se encontraba una fotografía de Balmaceda con una vela encendida, paso a citar la fuente:
"Algo digno de atención es el verdadero culto que los trabajadores rinden al presidente Balmaceda. En el norte a Balmaceda se rinde un culto de afecto, simpatía y respeto como a ningún otro; es un santo venerado y una persona ilustre"1
Esta primera instancia en el culto balmacedista nos introduce a la interrogante en torno a cómo comprender una transformación en la percepción hacia este ex gobernante desde el interior de un mismo sector social. Es decir: consideramos la premisa histórica de que son los mineros nortinos la base social de combate que defiende la causa de la oligarquía congresista durante la Guerra Civil de 1891, en contra del proyecto de Balmaceda. En este marco, desde un nuevo orden económico-político, a partir del término del período de ascenso y declinación de la burguesía minera en el control de la economía nacional, y donde se han dado curso a nuevas y profundas dinámicas en la organización política de los sectores populares plasmado en la experiencia de las mancomunales y en la fundación del Partido Obrero Socialista de Recabarren. Adquiere sentido comprender cómo el que dos décadas más tarde a la Guerra Civil del "91, con un proceso de reconfiguración política de las clases sociales, desde este mismo sector del proletariado haya un giro hacia una reivindicación a Balmaceda.
Sin embargo, como veremos a través de la ponencia, este primer momento que aparece en la historiografía como la constatación de un Imaginario Balmacedista obrero, arrastra un precedente anterior "originario", vinculado a una concepción "democrática" en torno a la figura de Balmaceda.
Como un momento posterior y a la vez de cierre del imaginario balmacedista, situamos la interpretación política-ideológica que levantan los Partidos Comunista y Socialista, en el contexto histórico del desarrollo de la experiencia de la Unidad Popular, donde se plasma un nuevo contenido "revolucionario" al interior del proyecto de Balmaceda. En esta ocasión, la obra de Hernán Ramírez Necochea Balmaceday la contrarrevoludón de 1891, editada por primera vez en 1951 y reeditada posteriormente en un transcurso de tiempo que abarca hasta 1972, es seguramente donde se cristaliza en su máxima expresión el sentido ideológico con que se dotará a Balmaceda desde la política aliancista de la UP. Es decir, que es esta vez en los partidos políticos englobados en la izquierda tradicional, centralmente desde la percepción del PC y del PS, y enmarcado en el contexto de lucha por llevar a cabo a través de vías oficiales electorales un proyecto político que se autodenomina de gobierno popular, donde surge una reconfiguración del Imaginario Balmacedista.
1 Citado en Harold Blakemore, Gobierno Chileno y Salitre Inglés: Balmaceda y North, Editorial Andrés Bello, 1977, Londres. Pág.258.
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En este sentido, cabe preguntarse: en el marco de en una profunda organización y lucha política y social de los años sesentas e inicios de los setentas, en cual se consigue llevar al gobierno por medios "democráticos" una alianza partidista de izquierda, cómo comprender que surja aquí una nueva configuración de este imaginario, construido desde otros actores políticos diferentes a los de comienzos de siglo, e, investido de un nuevo contenido ideológico. Resulta importante problematizar en torno al rol que adquiere este actualizado imaginario político en el proceso de institucionalización de un gobierno de la izquierda nacional tradicional.
Este trabajo arranca de una comprensión en torno al imaginario político, en cuanto instrumento que opera como transmisor de una determinada concepción ideológica desde ciertos partidos o colectividades políticas. En este sentido éstos se constituyen como objetos de estudio que permiten una aproximación, en cuanto cristalización de aspectos subjetivos de tendencias políticas específicas. De esta manera se busca situar al imaginario balmacedista, más ampliamente, como un eje de análisis que nos permita aproximarnos a una comprensión en torno a las relaciones de determinados partidos políticos, las bases sociales respectivas de éstos, y los distintos órdenes y tendencias político-económicos en que se inscriben.
El Partido Demócrata, organización popular de cambio de siglo, y el culto obrero balmacedista
Para abordar los imaginarios políticos de los sectores populares del cambio de siglo, es necesario aproximarse al estudio de sus prácticas políticas como al contenido de sus programas reivindicativos. Es en esta dirección donde se inscribe la importancia de dos instancias de organización política popular para nuestro caso de estudio: las distintas prácticas que confluyen en el mutualismo, que extiende un desarrollo histórico de medio siglo; y la fundación en 1887 del Partido Demócrata, con su posterior fortalecimiento. En el sentido de que éste constituye la primera colectividad institucional que se orientaba hacia una base social popular, siendo también el primer partido de masas nacional, y que por tanto rompe con la tradición de los partidos oligárquicos.
Como se sabe, ambas instancias organizativas no fueron mutuamente excluyentes, sino que muchas veces convergieron, tanto en sus bases sociales, como en los idearios más inmediatos, adhiriéndose incluso varias organizaciones mutualistas al Partido Demócrata. Es entonces el Partido Demócrata un canal importante para abordar el problema de cómo los sectores populares más organizados establecían vínculos institucionales con la política tradicional, y desde, aquí cómo éstos comprenden y significan el proceso del gobierno de Balmaceda y de la Guerra Civil de 1891. Ya que si bien, posteriormente a la guerra se conforma el Partido Liberal Balmacedista (o Liberal Democrático), ha sido estudiado, que éste se componía de sectores de la oligarquía tradicional, que no se orientaba hacia una integración de base social popular, y que por otra parte, no constituyó un programa
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político que tomara la herencia de Balmaceda, en cuanto al carácter de "desarrollismo" económico, con el cual se diferenciaría del resto de los programas oligárquicos2.
En este sentido, estudiar el significado que le otorga el Partido Demócrata a la herencia política de Balmaceda a través de la lira popular formulada por sus adherentes, es estudiar también la percepción de un grupo determinado al interior de los sectores populares que militaban en esta colectividad para el tema que nos ocupa.
Siguiendo los análisis de Sergio Grez y de Maximiliano Salinas3, la relación entre el gobierno de Balmaceda y el recientemente fundado Partido Demócrata, se caracterizó por una suerte de eclecticismo, que operaba: mediante momentos de apoyo estratégico de este partido a Balmaceda; momentos de distanciamiento, cuando esta colectividad convocaba a jornadas de protestas y meetings populares, respondiendo a medidas adoptadas desde el Ejecutivo; instantes de oposición cuando estas jornadas eran violentamente reprimidas; y desde una posición de cierta autonomía del partido en tiempos de la Guerra Civil con relación al contexto del conflicto. Esto se entiende a partir de que ciertas banderas del Partido Demócrata, como lo fueron el proteccionismo económico, la instrucción obligatoria, gratuita y laica, la abolición de la guardia nacional, etc., se ajustaban a las medidas tomadas por el gobierno. Mientras otras, como la política del gobierno de fomentar la inmigración de contingente obrero, generaban recelo en los demócratas, ya que atentaba contra la seguridad laboral por la cual estos luchaban. De esta manera, vemos también en las expresiones populares de simpatizantes y militantes al partido, cómo la percepción hacia el quehacer político de Balmaceda se ordena a partir del ideario democrático de la época.
¿Por qué no le han pagado A tantos trabajadores? Pues casi ha habido un motín De muy grandes proporciones. Pues bien para el estranjero
Nada escasea la plata, Que hoy llegan como baratas Esos diablospordioseros.(...)
La obra aún no está concluida I ya no queda ni cero.
2 Este tema del proyecto y constitución social del Partido Liberal Balmacedista ha sido abordado por Luis Vitale en, Interpretación Marxista de la Historia de Chile, LOM Ediciones, 1986;y, por Ximena Vergara y Luis Barros. En 'La Guerra civil del '91 y la instauración del parlamentarismo", Revista latinoamericana de Ciencias Sociales, N° 3, junio de 1972
3 Este tema se profundiza en Sergio Grez: "Balmaceda y el Movimiento Popular", en La época de Balmaceda, Sergio Villalobos et. al. Editorial Universitaria, DIBAM. Santiago 1992. Y también en: Maximiliano Salinas, Tomás Cornejo y Catalina Saldaña. ¿Quiénes fueron los vencedores? Elite, pueblo y prensa humorística de la Guerra Civil de 1891. Ediciones LOM. Centro de Investigaciones Barros Arana. Primera edición 2005.
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Dice el gobierno "el dinero Ya todito se ha agotado"(...) 4
En este fragmento se expresa el contenido nacionalista del ideario del Partido Demócrata comentado antes. Aquí los extranjeros son percibidos como enemigos de la clase trabajadora, en cuanto entablan la disputa al interior del mercado laboral. Se formula así una crítica a la política de inmigración seguida por Balmaceda, que éste estableció, con el fin de modernizar con mano de obra más calificada —extranjera- la producción nacional.
En otro ámbito, la creación de un poeta nortino, titulado "La guerra con Chile de los dictatoriales en media con la Arjentina", escrita en el contexto de la Guerra Civil, canta así:
4 Citado en, Micaela Navarrete: Balmaceda en la poesía popular, DIBAM, Centro de Investigaciones Diego Barros Arana. Santiago de Chile, 1993. Pág. 36-37.
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Estan los balmacedistas Porformar revolución En medias con la Arjentina, Para darnos un malon.5
En estas líneas, este poeta vinculado al partido Demócrata, instala una crítica al gobierno de Balmaceda a través de la idea del saqueo. Es decir, los "balmacedistas" intentarían llevar a cabo una guerra civil, para de esta manera tener acceso a ganancias individuales. Esta crítica se hace parte de las acusaciones que levanta la oposición oligarca al mandatario durante su gobierno, en cuanto al supuesto derroche y saqueo de las aumentadas arcas fiscales por el ciclo de la minería salitrera, que éste orientó hacia la construcción de obras públicas y hacia cierto proceso de industrialización.
Para comprender este distanciamiento y crítica hacia el gobierno de Balmaceda desde sectores populares, que en un tiempo próximo expresará un giro importante y aparentemente contradictorio, hay que aclarar que esta poesía popular, como así mismo las prácticas mutualistas ligadas al Partido Demócrata, de las cuales participaron sus autores, corresponden a manifestaciones internas de cierta "elite popular", en palabras de Sergio Grez. Es decir, son abordadas por un grupo específico dentro de los sectores populares, como lo fueron pequeños productores y obreros calificados, que contaban con cierta capacidad de ahorro para llevar adelante las prácticas mutualistas, y no así, por los sectores más postergados socialmente.
Por tanto, la organización de estos contingentes populares al interior de una colectividad, que surge de un fraccionamiento reciente de un partido liberal y oligarca (del Partido Radical en 1887), más bien tradicional en el sistema partidista de elite del periodo, nos incita a pensar que su ideario democrático lejos de manifestar una tendencia autónoma clara, va a tender a balancearse entre los extremos de un discurso político reformista-populista, que evite abordar el problema de las contradicciones entre capital y trabajo, y un programa político con cierto sesgo proteccionista, que no se distinga del liberalismo tradicional de los partidos oligarcas.
Desde este punto de vista, se puede comprender, que la relación estratégica y ambigua que entabla la organización popular vinculada al partido Demócrata con el gobierno de Balmaceda, despliegue un giro durante los años que transcurren entre 1891 y la primera década de 1900, donde se da inicio a la gestación del imaginario balmacedista.
Esto se expresa en el siguiente diálogo ficticio, recreado por el poeta popular Adolfo Reyes, entre Balmaceda y el gobernante designado por el conjunto de la oligarquía tras la guerra civil, Jorge Montt:
5 Colección Amunátegui, 2. Daniel Meneses, La guerra con Chile de los dictatoriales en media con la Arjentina
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Don Jorge Montt:
Te preguntaré Manuel ¿Porque tú con gran rigor Te hiciste dictador De Chile tirano cruel?
Don José Manuel:
Como fue gobierno leal Serias medidas tomé I con terror castigué Al que me hacía algún mal. En toda la capital El orden siempre reinaba La plata mucho abundaba Porque quise que corriera I a toda la clase obrera El trabajo le sobraba.6
En esta cita, se presenta el argumento invertido del derroche del cual hacía crítica la oligarquía. Aquí la forma "dictatorial" y "tirana" del modo de hacer política de Balmaceda, es una herramienta legitimada, por medio de la cual consiguió que la riqueza de la nación se redistribuyera hacia el pueblo y no fuera saqueada por la oligarquía, al tiempo que estableció una estabilidad laboral para la clase obrera. El fin justifica los medios.
Otra producción del periodo, y del mismo autor que anteriormente apoyaba la causa de la oligarquía abanderada en el Congreso durante la guerra civil, dice:
En el norte los chilenos Ya no se encuentran qué hacer, Causa de que no hai trabajo De hambre van a perecer.
Pararon las oficinas Toditas de un de repente, I para esa pobre jente Terriblen han sido las ruinas.
Oye Montt ¿i tú no atinas Con tus ministros tan buenos? Te hablo con sentidos plenos I te doy a ver la causa; Que se están muriendo a pausa
6 Colección Amunátegui, 28. Adolfo Reyes, Contrapunto entre don Jorge Montt i Don José Manuel Balmaceda
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En el norte los chilenos 7
En estos versos se plasma una percepción de crisis social y económica en torno a la coyuntura, que se entiende en el contexto más integral de la declinación del ciclo salitrero de la economía nacional. Lo que se agrava aún más con las políticas económicas del denominado periodo de la República Parlamentaria, donde el consenso de la oligarquía realiza un vuelco total a lo que habían sido las políticas de inversión estatal durante el gobierno de Balmaceda. En ámbitos como obras públicas, instrucción, y una determinada industrialización. La carestía producida principalmente por el contexto internacional de la economía, en conjunto con la cesantía profundizada, debido, ahora sí, a políticas económicas del derroche de la oligarquía nacional, van generando que indirectamente por medio de la comparación, se levante a la figura de Balmaceda, no sólo como el mal menor dentro de los gobierno oligarcas, diferenciándolo del resto de ellos, sino que como víctima sacrificada de esta oligarquía. Generando así una identificación y solidaridad con su propia situación material, en cuanto a sectores fuertemente postergados socialmente.
Esta primera instancia de imagen reivindicada de Balmaceda, proponemos, que en un paso posterior se invistió de un carácter más profundo y radical comenzando el siglo XX, en el proceso de conformación de nuevas prácticas políticas en los sectores populares. En el marco político general de llegada de la influencia de tendencias ideológicas de izquierda con un contenido de clase social instalado, y teorías estructurales de transformación social, como el anarquismo y el socialismo, que culminarán en la máxima expresión de organización obrera y popular con la fundación del Partido Obrero Socialista de Recabarren. Se da paralelamente al interior de Partido Demócrata, un flujo de deserción de las bases sociales populares, que fracciona ante el descontento debido a la homogenización programática del Partido Demócrata con los demases partidos de elites tradicionales. Parte importante de esta deserción, siguiendo la tesis de Francisco Sepúlveda, incluyendo al mismo Recabarren, se integrará luego al POS8.
En este intervalo en las prácticas políticas populares, en el tránsito entre integrar un partido de componente social multiclasial, y de contenido programático reformista-populista, hacia la conformación de un partido que plantea el conflicto de clases sociales y la necesidad de una transformación global hacia el socialismo. Es precisamente en este contexto, donde se sitúa la expresión de un culto propiamente obrero hacia Balmaceda registrado en las fuentes oficiales de 1908.
Para finalizar este apartado, proponemos que la percepción que construyen los sectores populares vinculados al Partido Demócrata, reivindicando a Balmaceda, desde elementos como: el reconocimiento de su gobierno en cuanto un pasado donde se presentaba una estabilidad laboral, y por tanto-económica-; en conjunto con la idea de su sacrificio en manos de la oligarquía, que instala una situación de solidaridad con la clase obrera. Es extrapolada
7 Colección Amunátegui, 2. Daniel Meneses, La miseria en Tarapacá
8 Francisco Sepúlveda, Trayectoria y proyección histórica del Partido Demócrata en Tarapacá, 1899-1909. Tesis para optar al grado de licenciado en Educación en Historia y Geografía. Universidad de Santiago de Chile, 2003.
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durante el levantamiento del culto obrero, mediante un contenido de clase, desde un actor político desvinculado o en proceso de desvinculación del PD. Este nuevo actor político, que entabla nuevas prácticas políticas a través de la preponderancia de los intereses de su propia clase, no sólo se identifica con la experiencia de Balmaceda, en su lucha contra la oligarquía. Sino que, en el marco, de las políticas de construcción de obras públicas e industrialización llevadas a cabo por Balmaceda, donde se genera una aceleración y profundización del proceso de proletarización iniciado tras la Guerra del Pacífico. Este nuevo actor político, identifica su propio momento fundacional como clase.
El Imaginario Balmacedista Revolucionario en la política aliancista de la Unidad
Popular.
Situándonos desde la premisa que plantea que durante el proceso de desarrollo del proyecto político de la Unidad Popular, se inscribe un nuevo sentido "revolucionario" del imaginario Balmacedista, este último apartado, intenta dar algunas luces en torno a la comprensión de esta reactualización del imaginario de las manos de nuevos y distintos actores políticos. Más de medio siglo después de la cristalización de un culto obrero, que entabló una identificación de un sector específico de la clase obrera, precisamente a través de un contenido de clase con este mandatario. Y con más distancia temporal aún, de cuando la oligarquía abortó la concreción final del proyecto de Balmaceda.
Para abordar un contenido revolucionario durante el momento de cierre del Imaginario Balmacedista, a nuestro parecer, ocupa un rol central la producción historiográfica de Hernán Ramírez Necochea. En "Balmaceday la contrarrevoluáón de 1891'9, se inscribe un revisionismo balmacedista desde la década del "50 hasta los años setentas. En este lapso temporal que abraza el periodo de la Unidad Popular, plateamos que en la producción y reedición de la obra de Ramírez Necochea, se plasma el contenido político-ideológico con que el Partido Comunista comprenderá a la obra de Balmaceda.
Desde la interpretación de Ramírez, Balmaceda en unión con un emergente sector que conforma a la burguesía "progresista" intenta llevar a cabo un programa político de industrialización nacional, por una parte, y de nacionalización de los recursos que ocupan un lugar central para la economía, por otro lado. Es la nueva burguesía, destinada al desarrollo de la industria, y de paso al resquebrajamiento de las relaciones feudales en el campo, el actor político que tiene la preponderancia histórica para hacer de Chile una nación con una revolución capitalista industrial. De este modo, Balmaceda intentó establecer las bases de un proceso de modernización nacional, a través de identificar a la burguesía como el actor
9 Hernán Ramírez Necochea, Balmaceda y la contrarrevolución de 1891, en, Obras Escogidas Volumen I, LOM Ediciones 2007
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progresista que debe desenvolverse social, política, y económicamente, para alcanzar un nuevo estado evolutivo de la estructura económica, en el marco de un programa democrático burgués. Este programa, sin embargo, es abortado por una contrarrevolución desatada por los sectores reaccionarios nacionales, correspondientes a la oligarquía rural tradicional, y a una burguesía financiera, en conjunto con los intereses imperialistas ingleses.
Esta lectura realizada desde un militante del partido Comunista durante todo el proceso de la UP, es compartida y reafirmada por el Partido Socialista. Así, en un artículo de la Revista Arauco en 1962, (órgano teórico-político oficial del partido), que se titula, El nacionalismo creador de José Manuel Balmaceda, se plantea:".. .Balmaceda censuraba el monopolio de la industria salitrera y de los ferrocarriles y en cambio exponía una actitud tendiente al control, como primera etapa, hasta llegar a la nacionalización"10.
De esta manera, la producción historiográfica de Ramírez Necochea va más allá de inscribirse en cuanto la comprensión que realiza el Partido Comunista hacia la obra de Balmaceda. Y se constituye más bien como expresión del contenido político-ideológico, que se le otorga desde cierto consenso, levantada como la interpretación oficial de los partidos de izquierda al interior de la coalición de la Unidad Popular, en torno al proyecto de Balmaceda.
Este nuevo contenido político-ideológico que inviste de un sentido "revolucionario" al imaginario balmacedista, se comprende en el marco del camino chileno al socialismo del proyecto de la Unidad Popular. Es decir, a través de que prevalezcan en este proyecto los cánones del Partido Comunista del periodo de los años 60 y 70, seguidos por una fracción importante del Partido Socialista, en cuanto al abanderarse tras la tesis de la vía legal para alcanzar el poder, y el proyecto etapista hacia la transformación socialista. Se hace comprensible la imagen de Balmaceda como un presidente "progresista", que habría intentado desplegar una revolución de fase industrial-burguesa, aproximándose así, un paso más hacia el fin socialista. Complementando este imaginario con las políticas democratizadoras de Balmaceda que se expresan en los siguientes términos, desde el Partido Socialista: ".Balmaceda proponía la intervención del estado en la creación y avance de una industria nacional, la protección al trabajador y el fomento de la educación."11
En este sentido, desde la óptica de la UP, Balmaceda además de introducirse en el camino al socialismo en materia económica a través de una política de desarrollismo de Estado, plasmaría un paralelo político más ampliamente con el proyecto de la UP, a través de medidas democratizadoras de reproducción y redistribución de la riqueza nacional, invirtiendo en ámbitos como la instrucción, la construcción de obras públicas, etc.
10 Julio César Jobet: "El nacionalismo creador de José Manuel Balmaceda". Revista Arauco. N° 32, Septiembre de 1962. Pág.15
11 Ibíd. Pág. 10.
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Por tanto, este imaginario político, consigue entablar un referente histórico para el programa de la UP, que a nivel ideológico le otorgue una continuidad desde hace un siglo atrás, y de esta manera legitime su proyecto de izquierda institucional.
Llegado a este punto, y para finalizar, cabe preguntarse entonces: cuál es la relación existente entre este imaginario balmacedista revolucionario, formulado desde la institucionalidad política de izquierda de los años sesentas y setentas, con el cual concluye la construcción de una imagen de izquierda en torno a esta figura, y el levantamiento del culto obrero de comienzos de siglo, con el cual emerge este imaginario?
En un contexto de fuerte organización y politización de la sociedad chilena en general, y de los sectores populares en específico, como lo fueron los años en que se desarrolla el proyecto de la UP, la respuesta a este problema se remite a la utilización que entabla la política aliancista de la UP, en torno a un referente político de izquierda, que apela a cierto sector social determinado dentro de la clase trabajadora. Actualizando un culto obrero de comienzos de siglos, este imaginario político opera como un mecanismo ideológico para convocar y abanderar tras el proyecto de "gobierno popular" -ahora oficial-, a cierto grupo de los sectores populares en cuanto base social para su programa institucional.
Recibido: 18 de julio
Aceptado: 16 de diciembre de 2008