Construyendo tradiciones. Activistas de izquierda en las luchas de los obreros de la construcción de Neuquén a fines de los años '80
Constructing traditions. Left trade union activists in the struggles of the construction
workers in Neuquén at the end of '80s
Fernando Aiziczon*
Resumen
Este artículo indaga en los modos en que activistas sindicales del gremio de la construcción elaboran una tradición de luchas obreras en base a los efectos de dos grandes eventos de protesta que ocurren a mediados de los años '80 en Neuquén: la huelga de 1984 y la Caminata de Piedra del Aguila en 1986. Los efectos posteriores tanto en términos de nuevas acciones colectivas como del proceso de construcción de una tradición que busca inscribirse en cierta trayectoria de luchas locales son analizados a través de relatos de activistas, de la prensa partidaria de izquierdas y de documentos inéditos.
Palabras clave: luchas obreras, activistas, tradición, izquierda, Neuquén.
Abstract
This article investigates the way in which trade union activists of the construction trade elaborate a struggle tradition based on the effects of the two biggest protests in Neuquén that happened in the mid '80s: the 1984 struggle and the Piedra del Aguila trekking, in 1986. The following effects, that is to say, the new colective actions and the tradition building process which seeks to register local struggles, are analized through activist interviews, through the left wing press and from unprecedented documents.
Keywords: work struggle, activists, tradition, left, Neuquén.
* Argentino. Profesor y Licenciado en Historia. Doctorando en Historia por la Universidad Nacional de Córdoba. Docente de la Universidad Nacional de Córdoba. Becario CONICET. Miembro investigador del CIFFyH (Córdoba) y del CEHEPyC (Neuquén). E-mail: [email protected]
Construyendo tradiciones
La muerte del dirigente obrero y militante de izquierda Juan Yáñez, ocurrida el 29 de julio de 2006 en la ciudad de Neuquén, convocó en su velatorio a varias generaciones de activistas que, a medida que expresaban sus afectos y elaboraban relatos de su recuerdo permitían sugerir el proceso de construcción de un continuo entre su vida, las luchas obreras en las que participó y la política. Operación clásica de la cultura política de izquierdas -aunque no exclusiva-, el nexo entre las épicas vidas de militantes y determinados eventos de luchas sociales parece confluir con la intención de conferir sentido a ambas instancias. Operación clásica entre los historiadores -aunque tampoco exclusiva de ellos-, la arbitraria selección de documentos varios para conferir unidad e inteligibilidad a una idea -"procesual"- nos brinda la posibilidad de exponer el intricado fenómeno de la construcción de tradiciones en ambas direcciones: la de sus protagonistas directos, y la de sus relatores indirectos:
Un compañero de larga tradición militante, que comenzó a los 16 años en su Chile natal. Perseguido por la dictadura de Pinochet, cruzó a la Argentina donde continuó su militancia como parte de la camada de cuadros que destacó el movimiento obrero neuquino en sus distintos procesos de lucha, donde los trotskistas tuvieron un rol destacado. De hecho, esa tradición forma parte de la vanguardia neuquina. (...) Fue un dirigente obrero revolucionario frontal, franco, y muy respetuoso. Impulsor también en la zona de la Coordinadora Regional del Alto Valle. Tuvimos muchos acuerdos, y aún en las polémicas y diferencias más duras su debate fue frontal y leal. (Testimonio de Raúl Godoy en
LVO, 2006: 13)
Juan Yáñez fue velado en la sede del combativo sindicato ceramista neuquino (SOECN). Allí hablaron, entre otros, su actual secretario general (Alejandro López), compañeros de militancia de Yáñez en el POR (Partido Obrero Revolucionario, su último agrupamiento político) y Raúl Godoy, secretario adjunto del SOECN y dirigente nacional del PTS (Partido de los Trabajadores por el Socialismo).
Nacido en Chile hace 55 años, Yáñez fue militante de la Juventud Socialista de Chile, y luego de romper con ella ingresa a la trotskista OMR (Organización Marxista Revolucionaria), con implantación en el cordón industrial pesquero en la ciudad de Talcahuano. Con Pinochet en el poder cae en prisión y es torturado; escapa luego hacia Mendoza (con pedido de captura) y luego emigra a Neuquén. Una vez instalado en la ciudad norpatagónica ingresa al PO (Partido Obrero, de donde más adelante será expulsado) y finalmente culmina su trayecto político en el POR. Entre otros
acontecimientos notables en los que participó durante sus años neuquinos figuran la huelga de los trabajadores de la construcción de 1984, y su protagonismo como dirigente del plan de lucha de los trabajadores de la represa de Piedra del Águila durante 1986, en reclamo de medidas de seguridad, y que incluyó una histórica caminata hacia la capital neuquina. En 1995, Yáñez colabora también en la conformación de la primer organización de trabajadores desocupados de la provincia: la Coordinadora de Desocupados de Neuquén, y más tarde se vio envuelto en las puebladas cutralquenses (1996/97). Ya entrado el nuevo siglo participa como activista de la Coordinadora Regional del Alto Valle de Río Negro y Neuquén, un nutrido agrupamiento de comisiones internas y militantes de diversas organizaciones clasistas que tuvo un efímero esplendor. Como tantas otras vidas, la de Yáñez entrelaza múltiples experiencias que permiten ver el encadenamiento de corrientes de militantes participando en diversos conflictos, o si se prefiere al revés, conflictos que en determinadas circunstancias dejan emerger a la superficie la existencia de núcleos militantes en su interior.1 Pero el caso es que sin el registro de su muerte (la elaboración de anecdotarios, memorias, discursos) difícilmente conozcamos no sólo su trayectoria política, sino principalmente episodios que están "allí", dispuestos a ser capturados por la operación historiográfica de convertir un pasado, muerto, en Historia (De Certeau, 2008).
Por eso Yáñez es tanto lo que sus camaradas dicen que él fue, como también la condición de posibilidad para la emergencia de un relato que indisimuladamente preanuncia la dirección de su lectura bajo ciertas palabras clave: clasismo, obrero, izquierda...Y así como una muerte da aviso de existencia de una tradición -subterránea-de luchas sociales, otros actores pueden encargarse de que la tarea de rescate de aquella no sea tan dificultosa:
Rara vez obreros protagonistas de una lucha se proponen contar por escrito sus experiencias, intentando sacar conclusiones de ella. Y más raro aún si esto lo hacen varios años después. Por muchos meses, un
1 En muchos casos, como el del propio Yáñez, la elaboración de una historia militante permite observar cierto proceso de construcción (o rectificación) de un tipo o modelo ideal de militante, que encuadra perfectamente en ciertas coordenadas que unifican los tópicos sujeto-política-clase: "Pocas veces un individuo -como Juan- expresa de manera concentrada las cualidades y atributos de su clase y de manera tan completa(...) su militancia, como la de todo revolucionario, no se agotó ahí. Juan batalló incansablemente por la construcción del partido obrero revolucionario, su sección argentina y por la reconstrucción del partido mundial de la revolución socialista, la IV Internacional. Más que cualquier otra caracterización, Juan Yáñez fue ante todo un trotskista y en consecuencia un cuartainternacionalista ejemplar." Ver Compañero Juan Yáñez, hasta la victoria del proletariado, siempre!, Raúl Bengolea, Grupo Obrero Revolucionario-Contra la Corriente (GOR-CLC), Chile. Disponible en : http://gor-contralacorriente.blogia.com.
grupo de compañeros y compañeras que participó activamente en una década preñada de ilusiones, desengaños y luchas, se reunieron recordando aquellas épocas, recorriendo barrios, obras, charlando con viejos conocidos, dispuestos todos a tratar de rearmar el rompecabezas de recuerdos y olvidos (Emancipación Obrera, 1992: 2)
Las "Memorias obreras. Luchas obreras de la construcción en Neuquén", que narran en especial la huelga del año '84, es el único escrito hasta hoy sobre aquellas notables luchas que, dato olvidado, llegaron a ser apuntadas por el mismísimo "patriarca" neuquino, Don Felipe Sapag -ex gobernador de Neuquén por entonces- en su libro "El desafío" y apenas mencionadas en la escasa bibliografía local (Palermo, 1988, Petruccelli, 2005).
Escritas por Emancipación Obrera -un conjunto de militantes de izquierda distanciados de los partidos-, la elaboración de las Memorias... responde a una necesidad pedagógico-política de revertir la "derrota" a través de plasmar en papel las escenas de aquel conflicto, aunque el efecto secundario, es decir, la producción de un "documento", no está para nada ausente del horizonte de posibilidades por ellos advertida:
El motivo de tal esfuerzo y dedicación no era hacer una tesis para alguna institución, ni buscar alarde de erudición, sino recordarse y recordarnos que nos pueden golpear, reprimir, hasta derrotar en una y mil luchas, pero jamás lograrán quebrarnos como clase... (ídem: 2)
Y claro que esa tarea lleva otra misión en su interior: la transmisión, la inculcación, la narración y el establecimiento al fin de un relato que organiza el decurso de las luchas en el largo derrotero que el capitalismo inauguró; así es que se indica: "...debemos tomar las experiencias de huelgas y luchas llevadas a cabo por la clase obrera en estos últimos 200 años" (Ídem: 25).
Todo comienza en el Choconazo
Pero mucho más reciente que aquellos lejanos 200 años de luchas sociales contra el capitalismo, debe de existir una referencia cercana y palpable para que el sentido del relato militante gane en eficacia, entonces ¿dónde ubican estos militantes el inicio de la secuencia de luchas sociales en donde los obreros de la construcción neuquina deben saber reconocerse?, sin dudas es la seguidilla de protestas conocida como El Choconazo, ocurrida entre diciembre de 1969 y marzo de 1970, la gesta indicada como fundante para la tradición de protestas de obreros de la construcción neuquina, el hito
referencial más perceptible, no sólo porque sus protagonistas participan de conflictos y organizaciones posteriores llevando en sus cuerpos el relato, sino también porque el Choconazo se inscribe en un horizonte sensiblemente mayor de significaciones políticas: las huelgas contra las grandes empresas privadas transnacionales, las luchas contra el régimen político nacional y su expresión local (la dictadura de Onganía, el Movimiento Popular Neuquino), contra la burocracia sindical de signo peronista, y que confluye con otros movimientos sindicales combativos de entonces: el flamante sindicalismo clasista.
El Choconazo participa de otras manifestaciones de la época: ocurre 9 meses después del Cordobazo, es contemporáneo de numerosas puebladas en el interior del país y de movimientos como el de las Ligas Agrarias en el nordeste, o grandes huelgas como las lideradas por la FOTIA en Tucumán (Healey, 2003).2 Nacida por reclamos en torno a salarios, higiene y seguridad, pero también por el no reconocimiento de los delegados electos por las bases (Alac, Olivares y Torres), el Choconazo es una huelga masiva de obreros de base —unos 3000- que enfrenta a los atropellos patronales pero fundamentalmente a las conducciones sindicales, o mejor dicho, a sus interventores, a sus "comisiones normalizadoras" y a la dirección nacional del gremio encabezada por el vandorista3 Rogelio Coria y su representante local, Juan Alberto Delturco, éste último de conocidas prácticas gangsteriles como la infiltración para desactivar células de activistas o su denunciada participación en los servicios de inteligencia. Todo este panorama lo cerraba De Lillo, líder de la CGT local y futuro hombre de Felipe Sapag en la cartera de Educación. Frente a ellos, y de la mano de Antonio Alac, hombre del PC, los obreros que levantaban la represa hidroeléctrica del Chocón, el "Assuán Argentino", se animaban a conformar el MUC (Movimiento Unitario de la Construcción), a su vez encuadrado en el MUCS, vertiente sindical clasista del PC. Sin entrar en detalles sobre el conflicto, que en rigor se desató en 2 huelgas, con despliegue de barricadas, asambleas masivas, marchas, enfrentamientos y represión, lo cierto es que conmocionó profundamente a la sociedad neuquina, a su arco sindical-partidario, logró repercusión nacional —Onganía vio dificultada su llegada a Neuquén- y fundamentalmente consolidó la argamasa característica de ciertos conflictos que en adelante protagonizarán los obreros de la construcción de Neuquén: combatividad en las bases, predisposición a la acción directa, fuerte presencia de la izquierda, y una solidaridad desde afuera en donde
2 Los dirigentes del Choconazo participaron también de la "Reunión Sindical y Popular por la Justicia Social y la Liberación Nacional" realizada en Córdoba durante enero de 1970, junto a otros gremios combativos del país, en donde además se entrevistaron con Tosco. Al regresar, fueron expulsados de la UOCRA acusados de "inconducta sindical", lo que ocasionó otra huelga lanzada por obreros de base (Chaneton, 2005).
3 Vandoristas: seguidores de Augusto Timoteo Vandor (1923-1969), también conocido como "el Lobo". Vandor fue uno de los sindicalistas metalúrgicos mas importantes del peronismo y referente del "participacionismo", esto es, una política de pactos ("golpear primero, negociar después") con la dictadura militar de Onganía y que posteriormente se traducirá en el intento de generar una corriente interna en el peronismo conocida como "peronismo sin Perón". Muere acribillado por militantes del peronismo revolucionario en la sede central de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM).
la Iglesia juega un rol central a favor de los reclamos obreros.4 También, la heterogénea constitución del movimiento obrero neuquino siempre mantuvo un perfil caracterizado por la fuerte presencia de trabajadores de países limítrofes (Chile, Bolivia, Paraguay, Uruguay), y de provincias del centro y norte del país; muchos de estos obreros traían consigo una intensa tradición de luchas, en especial desde Chile luego de la caída de Allende. Juan Yáñez, para no olvidarlo, es un claro ejemplo de ello.
El Choconazo entonces es la más clara referencia para la militancia de izquierdas que lo señala sin titubeos como la mayor gesta obrera de la región. Un militante de lo que entonces era el PST —y luego en los '80 el MAS- acota que además de ubicarse en un contexto de grandes luchas sindicales, lo que va a ocurrir luego en los '80 con el protagonismo de los obreros de la construcción y de la izquierda en su interior tiene que ver con que:
la UOCRA era parte de este fenómeno nacional, y en Neuquén se hicieron las elecciones del 85' de la UOCRA donde también se ganó la lista unitaria de oposición encabezada por Evaristo Selesky, acá en Neuquén. Demostraba que Neuquén en la construcción, había retomado la trayectoria combativa que había tenido desde la época del Choconazo (Testimonio de Joaquín, PST/MAS, 12/06/2007. destacado mío)
Otro militante del PO, compañero del fallecido Yáñez señala:
Y entonces Neuquén capital y el interior se moviliza a través de, económicamente a través de la construcción de miles de viviendas, y muy tempranamente esto hace que tanto el PO como el MAS dediquen esfuerzos militantes para la organización en la construcción. Históricamente, digamos, desde el Choconazo, era un punto, digamos, cualquier partido que sea declama de izquierda tenía que tener una presencia en la construcción (Marcelo, PO, 15/12/2007, resaltado mío).
Otros testimonios consultados abundan en expresiones como "la huella", "el camino" o "la escuela de huelgas" que el Choconazo dejó. Y es que la característica central de aquellas huelgas, como afirmamos arriba, fue tanto la filiación política de izquierda de sus dirigentes, como la de ser huelgas nacidas desde las bases obreras, en desafío a la entonces cúpula de la UOCRA local y nacional ("huelgas salvajes"), además de la patronal y el ejecutivo local.
4 De hecho, el Choconazo es el bautismo de fuego de Jaime de Nevares, el mítico primer obispo de Neuquén.
1984
Poco y desigualmente estudiada (Chaneton, 2005, Quintar, 1998), al Choconazo le seguirán huelgas menores hasta entrados los años '80. En efecto, dos potentes episodios pondrán nuevamente a los obreros de la construcción en el centro de la escena político-sindical neuquina, centralidad que tiene que ver con que la provincia -o mejor, el MPN-consolida definitivamente su perfil estatal/benefactor a través de la obra pública (escuelas, hospitales, viviendas, rutas). A pesar de ello, y luego del fin de la Dictadura Militar y la guerra de Malvinas, comienzan en Neuquén paros por obra, aislados, principalmente en las concentraciones obreras grandes como Cordón Progreso, Sapere, La Sirena, de capital, y obras del interior como Alicurá, Arroyito y Piedra del Águila. Las demandas en general son por condiciones laborales (se trabaja en invierno con temperaturas bajo cero y sin ropa adecuada, a cargo del obrero, además se reclama implementar el CCT 76/75).
En el sindicato funcionan, hacia inicios de los '80, la Comisión Normalizadora de la UOCRA y el cuerpo de delegados. La Comisión estaba encabezada por Daniel Ávalos, secundado por Sachavedra y Larguía, todos de extracción peronista. Los delegados, en cambio, provenían del peronismo combativo y la izquierda "antiburocrática". La cuestión que detonó la movilización ocurrió entre setiembre y octubre de 1984 cuando el sindicato resuelve levantar medidas de fuerza decididas anteriormente en asamblea (Diario Río Negro, 23/10/84) advirtiendo a los obreros de base que "no se autoriza la movilización obrera", y solo se llama a "quite de colaboración" en las obras públicas de la provincia de Neuquén. Esta declaración será rechazada en un comunicado de delegados de comisiones internas de obras de Neuquén capital, cuestión que desata, desde las bases, una huelga por tiempo indeterminado que dura 3 semanas. Desde entonces, se conforma un pliego de reivindicaciones sustentado en el reclamo del 40% por zona desfavorable, $ 27000 sueldo mínimo (se cobra entonces $ 16000), pago de francos compensatorios, seguridad e higiene.
El Comité de huelga se conforma con 14 comisiones internas que son lideradas por los obreros Julio Ojeda (PJ), Juan Yañez (PO), Juan Carlos Ojeda (UCR), y Evaristo Selesky (UCR). Durante el conflicto abundan las movilizaciones de miles de obreros que desfilan con cascos de colores y pancartas identificadoras de cada obra, en donde se suele repudiar a la dirigencia de la UOCRA en su propia sede y con la realización de asambleas en la puerta del sindicato (y con dirigentes adentro). Las concentraciones generales se realizan todos los días en el monumento a San Martín, centro de la capital neuquina. A medida que el conflicto se agudiza, se organizan piquetes de huelga en las obras para ganar solidaridad, y se establece una olla popular en la Catedral neuquina -que impulsa al cura Galveatti a realizarla junto a los obreros-, a pocas cuadras de la Casa de Gobierno. Al avanzar la huelga se suman otras obras del interior que son fundamentales, como las de las empresas TAPATÁ (en Picún Leufú), ELEPRINT
(Senillosa), por lo que casi todo Neuquén capital está en huelga, aunque todavía falten las obras mas grandes como Agua Pesada, Arroyito, Alicura, de 1000 obreros c/u aproximadamente (Emancipación Obrera, 1992). Con 40 obras paradas en capital y 3000 obreros reunidos en el monumento, se ratifica la huelga por tiempo indeterminado.
Para el lunes 29/10 más de 1500 obreros de las plantas de Agua Pesada, SIDECO y TECHINT se suman a la huelga y precipitan los acontecimientos pues la protesta es declarada ilegal. Los activistas calculan unos 6000 huelguistas. Desde la conformación de una Multisectorial de gremios y partidos, capitaneada por el MPN y denominada "Mediadora Multisectorial" (UCR, PC, PJ, CGT, Pastoral Social del Obispado)5 se intenta acercar a los obreros a una salida pacífica, pero resulta poco alentadora pues TECHINT despide en ese momento a 150 huelguistas. Sorpresivamente y en medio de este clima Ávalos da un giro proclamando que su posición había sido malinterpretada y pone a la UOCRA a la cabeza de los reclamos, con el apoyo a medias de las bases obreras y sus dirigentes. Frente a la masividad que gana entonces la huelga emergen nuevamente varias propuestas elaboradas por la Multisectorial y el empresariado, en donde se comprometen a efectuar un adelanto en efectivo en concepto de préstamo que discrimina entre obreros casados y solteros, a reincorporar gradualmente a los despedidos -excepto TECHINT- y a la formación de una comisión mixta permanente empresarios-UOCRA para limar el resto de los planteos (Emancipación obrera, 1992). Las propuestas son rechazadas en numerosas asambleas aunque los ánimos y las fuerzas obreras comienzan a sentir el desgaste. En un contexto de constantes amedrentamientos policiales en los barrios obreros, con persecuciones y golpizas, se siente el paso de los días, y hay hambre.
Finalmente un suceso poco claro precipita la salida del conflicto. El lunes 12/11 al mediodía, mientras se marchaba a Casa de Gobierno a pedir respuesta a los múltiples petitorios presentados por los obreros y se exige "¡Que salga Sapag!", unos 1000 obreros, según el diario Río Negro, que llevaban mas de dos horas de espera instalan una olla popular frente a la puerta principal de la Casa de Gobierno. Cerca de las 13,30hs salen por una puerta lateral el gobernador Felipe Sapag, sus hijos Luis y Silvia, y otros funcionarios; asombrosamente, estos cambian el recorrido y se dirigen hacia los obreros. Un grupo de ellos los interceptan para pedirle respuesta a los petitorios, y mientras la esposa de un obrero intenta acercarse al gobernador —siguiendo ahora la versión de la prensa de izquierda-, recibe un puñetazo en el rostro por parte de Luis Sapag, generándose un confuso tumulto. Alrededor de ese episodio comienza una feroz campaña de desprestigio hacia los huelguistas y la tapa de los principales medios de comunicación hablan de una "agresión al gobernador", con "epítetos e insultos irreproducibles(...)Manotazos aislados llegaron incluso a tocarlo, aunque casi todos lograron ser neutralizados por quienes los protegían" (Diario Río Negro, 13/11/84). La "agresión" será repudiada por la CGT, sindicatos, partidos y la Iglesia. La versión oficial dirá que
5 Jorge Izquierdo, de la CGT Neuquén y miembro de la Multisectorial, había declarado que los huelguistas "son todos zurdos"(Emancipación Obrera, 1992: 12)
en un hecho "sin precedentes" los "sediciosos" encabezados por Selesky y Yáñez agredieron "de palabra y de hecho" al gobernador y a su hija, siendo que desde el inicio del conflicto Sapag se había puesto del lado de los "justos" reclamos obreros (Sapag,1994: 295).
Con esta atmósfera enrarecido, esa misma tarde se libran las detenciones de Selesky y Yáñez acusados de "instigadores". Mientras Yáñez se esconde y Selesky es detenido, la mayoría de los obreros vuelve a sus hogares.
Al día siguiente, una marcha de obreros es reprimida y perseguida por el centro neuquino. El cura Galveatti decide levantar su huelga de hambre (según su opinión, la protesta se había salido de sus cauces originales) y Felipe Sapag convoca a una movilización en desagravio por la supuesta agresión a su investidura. Todo se invierte velozmente.
En medio de estas convulsionadas horas un interesante intercambio epistolar enfrenta a De Nevares con Felipe Sapag alrededor del objeto-símbolo-acción "olla popular"; se sabe, su instalación siempre resulta una desagradable nota para las autoridades estatales (que suelen alegar que dicho acto entorpece la circulación de ciudadanos, infracta las normas de urbanidad, provoca desmanes, etc.), y en vistas de ello, De Nevares -repudiando la agresión sufrida por Sapag- ofrece el funcionamiento de una olla popular sobre la céntrica Av. Argentina para la alimentación de los hijos y esposas de obreros en huelga, pero bajo el resguardo de 12 personas de confianza del obispado encargados de que se transporten los víveres. Obviamente, un furioso Sapag responderá negativamente a semejante pedido aludiendo la tardanza de la reacción de De Nevares y la evidente inclinación solidaria de sus sacerdotes hacia los huelguistas, recomendando en consecuencia la instalación de la olla popular en parroquias de los barrios obreros (Sapag, 1994: 298).
Mientras la huelga de hambre es a esta altura apenas mantenida por una decena de obreros cerca de la Catedral, la efusiva movilización organizada por Sapag desfila de cara a ellos, amedrentándolos. Es de imaginar que la situación en las barriadas obreras es de una completa militarización, con persecuciones, encarcelados, miedo, decepción generalizada, soledad, aislamiento. En aquella memorable movilización oficial Felipe Sapag pronuncia un aguerrido y xenófobo discurso -carácter absolutamente secundario para sus contemporáneos- frente a unas 3000 personas en el monumento a San Martín, que hasta esos días había sido un bastión de los obreros. Allí dice :
La democracia que tanto nos costó reconstruir... que estuvo en peligro por un grupo de mercenarios y de ideólogos que si tuvieran patriotismo estarían defendiendo su patria allende la cordillera (... ) responden a
intereses espurios, transnacionales, que están mezclados en el Partido Obrero, en el Movimiento al Socialismo y otros grupos de la ultraizquierda (... ) el MPN tiene que estar de pie y movilizado hoy más que nunca. Nos han mostrado las garras y nosotros les vamos a mostrar los dientes (Diario Río Negro, 14/11/84)
Ante el miedo y la desazón, con gran parte de la opinión pública en contra, con mucha desorientación sobre cómo proseguir, y con los principales dirigentes de la huelga perseguidos, los obreros aceptan la oferta de la Comisión Mediadora, cuyos fragmentos publica el diario local. Por supuesto, más que ocuparse de los reclamos originarios, la relación de fuerzas a favor de ésta última hizo que dicho "informe" se trate mayormente de una declaración político-pedagógica de principios en donde se trata sobre lo pernicioso que el conflicto dejó —un claro "atentado a la democracia"-, que no debe entenderse como una "derrota" para los obreros, que el retorno al trabajo debe servir para reencontrarse con los cauces "legales" para canalizar sus pedidos, que el reclamo es legítimo pero que alteró la "paz social" y entonces la sociedad reaccionó defendiendo la estabilidad de las instituciones democráticas, que el conflicto fue aprovechado por sectores interesados en alterar la paz social y reinstalar un clima de "anarquía y violencia", etc.6
Si bien en términos generales esta huelga fue sentida como una derrota por los obreros, el activismo desplegado por los referentes de base del comité de huelga facilitó que una lista de izquierda gane la UOCRA en las elecciones siguientes. En efecto, la Lista Naranja encabezada por Evaristo Selesky7, en alianza con el MAS, conducirá el sindicato en su seccional capital. Y a menos de dos años dará inicio otra notable protesta de formato diferente.
Caminata y victoria electoral de la izquierda
En la localidad de Piedra del Águila, a 230 Km. de la capital neuquina, se erigía entonces el mayor aprovechamiento hidroeléctrico construido del país y una de las piezas claves del sistema eléctrico nacional. La dimensión de la obra era tal que se construyó una villa temporaria que proyectaba albergar a unos 5500 obreros (Chávez, 2007).
6 El informe de la comisión es firmado por Sifuentes (PJ), Galván (UCR), Juan Pereyra (PJ), Ricardo Villar (CGT), David Lugones (Pastoral Social), Antonio López (PC), Jorge Salas (PC e Interbarrial). También resulta interesante destacar que el diario local dedicaba gran parte de sus comentarios a resaltar que los obreros huelguistas habían copado el centro de la ciudad y muchos de ellos deambulaban ebrios espetando a las mujeres que circulaban por su entorno deshonestas propuestas de encuentros sexuales.
7 De origen radical, Selesky fue delegado en Futaleufú y Río Turbio, primer delegado de Alicura (1974), miembro de la Comisión Ejecutiva de la UOCRA en v74-v75, estuvo preso por actividades sindicales en 1972, 1976, y en 1984 por la huelga antes descripta.
Los motivos que desencadenaron la huelga frente a la empresa UCASA (Unión de Constructores Argentinos ) e Hidronor —y por extensión al los gobiernos nacional y provincial8- fueron básicamente el aumento salarial, el pago por zona desfavorable, premios por avance, y mejores condiciones de trabajo en general (franco compensatorio, comida, ropa de trabajo, etc.).9 Primero por 48 hs y luego por tiempo indeterminado, la génesis de la huelga y caminata como formato de protesta tiene mucho que ver con la accesibilidad de los obreros a periódicos nacionales: cuando se anoticiaron de una protesta en forma de caminata protagonizada por trabajadores jujeños, decidieron realizar la suya de idéntica manera. Pero al parecer no solo se trataba de periódicos nacionales sino principalmente de prensa de izquierdas leída en las obras, como la del MAS. Señala Alcides Christiansen, unos de los referentes de la caminata y activista del MAS:
Los obreros recibían los periódicos del MAS... Allí se enteraron de un caso de caminata en señal de protesta en la provincia de Jujuy, en las minas Pirquitas a 250 Km. de la capital jujeña, caminaron y solucionaron el conflicto (testimonio de Alcides Christiansen, junio 2006, en Chavez, 2007).10
Las propuestas elaboradas por diputados del MPN y UCR, acompañados por los gremios provinciales ATEN Y ATE fueron rechazadas por considerase insuficientes. Lanzada la caminata el 21 de abril, se estipuló que una parte de los obreros se quedaría en la obra, otros se irían a Buenos Aires a realizar huelgas de hambre frente al Congreso de la Nación y otros tantos en la Catedral María Auxiliadora de Neuquén. Como es folclórico de estos conflictos en Neuquén, los obreros reciben el apoyo del obispo local, Jaime de Nevares, y de los Padres Juan Sansebastián, José María D'Orfeo y Rubén Capitanio, los dos últimos curas párrocos de Piedra del Águila. A pesar de que la UOCRA nacional no se decidía a apoyar el conflicto11 y la UOCRA local no adhería al paro, los obreros recibieron el previsible apoyo de Selesky, que les prestó aprovisionamiento, ómnibus, ambulancias y camiones con alimentos, carpas y frazadas para la caminata a Neuquén.
8 Uno de los dos accionistas de UCASA, Impregillo, había realizado hacia fines de los '60 las obras del Chocón.
9 Los obreros realizaban turnos de 12 x 12 horas ya que la construcción no podía detenerse.
10 En la misma entrevista asegura: "La caminata fue una propuesta del MAS : llegó a la región Hugo Manes, dirigente del MAS, dio apoyo a la huelga; se decidió antes de la caminata hablar de los compañeros de las Pirquitas de Jujuy que usaron el mismo método y habían tenido éxito. Se votó y ganó hacer la caminata."
11 Gerardo Martínez anunciaba que llegaría al final de la caminata y Ubaldini anunciaba que probablemente lo haría para el acto de cierre.
A medida que avanza la caminata los obreros reciben el apoyo masivo de las localidades por las que atraviesan, y al llegar Senillosa (cercana de la capital neuquina) realizan una asamblea en la que se anuncia la existencia de una propuesta superadora de la anterior, patrocinada por Gerardo Martínez y acompañada por la UOCRA local. La propuesta va a partir aguas en las opiniones obreras al proponerse la creación de una comisión que trate los asuntos en conflicto compuesta por la empresa y los obreros.12
La mayoría de los obreros aprueba la propuesta de negociación y se decide, no obstante, proseguir hacia Neuquén capital —otros 900 vuelven a la obra-, donde en una impactante entrada a la ciudad la caminata de los obreros —otra vez, argentinos, bolivianos, chilenos13- es recibida por más de 15000 personas, una verdadera multitud para la pequeña Neuquén. La finalización de aquella conmovedora caminata mostraría a los ojos de miles de neuquinos la última gran movilización obrera de ese tipo...
La clausura del conflicto dejó también un sabor amargo a sus protagonistas, a pesar de lo novedoso de la forma de circular por la ruta, de distribuir volantes, en combinación con lo ya ensayado en la anterior huelga, es decir, huelga de hambre, la olla popular, la participación de la Iglesia, la concentración en el monumento a San Martín, etc.
poco fue lo que conseguimos: 14% de aumento, días de huelga pagados. Posteriormente conseguimos el 15%, otros premios colaterales, y viajes de fin de año(...) Después de 15 días Selesky fue el que trajo el 13,5 % atado a un montón de condiciones englobadas en la paz social (Testimonios de Christiansen y César Maravilla, en Chávez, cit.).
Inmediatamente después de la demostración en la plaza, una parte de los obreros y del activismo de izquierdas (PO y MAS) demanda la realización de una asamblea en el Club Pacífico en donde se decidiría la continuación de la huelga que, como se puede apreciar a esta altura, ya estaba en franco camino a desactivarse. Este giro fue principalmente repudiado por la militancia extrapartidaria y por la Iglesia neuquina (Revista Comunidad, 1986). Y a pesar del empuje activista los obreros, cansados, ya habían decidido empezar a retornar a la obra y esperar el compás de las negociaciones. A dos tiempos -los obreros trillados tras el conflicto, y el activismo de izquierda en auge (PO y MAS)-, los indicios del avance de la izquierda entre los obreros de la construcción
12 Mientras esto sucede, la UOCRA nacional acusaba al titular de la Seccional Neuquén, Evaristo Selesky, de que "apoyado por sectores ajenos al gremio pertenecientes al MAS y al Partido Obrero, frustran las soluciones del problema de Piedra del Águila para mantener y extender el conflicto", Diario Río Negro, 29/04/1986.
13 "Los símbolos de la caminata eran la bandera boliviana, chilena, paraguaya y argentina, y la estatua de la Virgen de Luján como protectora" (Testimonio de Christiansen, en Chávez, cit.)
parecía a esta altura inexorable, y así fue. El acto efectivamente se realizó y mostró cierta convergencia y afinidad de los obreros con la militancia de izquierdas dominante.
Ganar para perder: la ambivalente performance de la izquierda trotskista
El posicionamiento de Selesky en la UOCRA capitalina propició el aglutinamiento de la militancia de izquierda a su alrededor, en especial sobre la coyuntura electoral de noviembre de 1985. Allí, y tras el prestigio dentro de los sectores más combativos del sindicalismo local logrado merced a la huelga del año '84, Selesky participa junto Raúl Toscani (actores), Ernesto Contreras (Piedra del Águila), Susana de Luca (ATEN), Orlanda de la Parra (movimiento barrial) y Luis Quilaleo (mapuche) del Frente de los Trabajadores, dirigido por el PO. Sin lugar a dudas que la UOCRA y su breve tradición de combativas huelgas facilitaban colocarla, desde una óptica de izquierda, como el ejemplo a seguir, aún evitando la inevitable emisión de una distorsionada imagen de oportunismo político, tal como señalaba entonces Selesky:
La UOCRA de Neuquén marca así el rumbo en su movilización contra los planes del gobierno y en el ejercicio de la democracia sindical (... ) soy candidato a primer diputado nacional por el FRENTE DE LOS TRABAJADORES y secretario general de la UOCRA. Entre ambas cosas no hay contradicción porque las entiendo como puestos de lucha al servicio de los trabajadores. Como diputado, los proyectos que voy a presentar en el Parlamento corresponden a las mismas reivindicaciones de un gremio y de todo el movimiento obrero (Frente de los Trabajadores, Neuquén, martes 24 de setiembre de 1985, año 1, número 1).
Selesky junto al resto de los principales activistas de las huelgas de la construcción aparecen en las páginas centrales de la prensa de izquierda local participando de actos en pos del triunfo del Frente, que reúne también a la dirigencia combativa de la construcción de entonces. Por si cabían dudas, Selesky, Yáñez, Ojeda señalaban en sus páginas el rol fundacional de la experiencia de luchas de la construcción para la edificación de un espacio combativo, transformando la "derrota" en "victoria". El mismo Yáñez asestó en un reportaje: "El Frente es la continuación de la huelga"
¿Cómo se llegó a esta gran victoria en Neuquén?¿Cómo fue posible en esta provincia, marcándole un rumbo al resto de país? Es indudable que el antecedente más importante lo constituye la gloriosa huelga de los obreros de la construcción de octubre-noviembre de 1984, organizada y dirigida por verdaderos compañeros clasistas. Esta huelga permitió desnudar el rol del gobierno radical, que la declaró ilegal, del gobierno
sapagista, que la reprimió brutalmente, y de los burócratas justicialistas, que se atrincheran en sus sillones. Junto a esta gran huelga, nuestra provincia conoce el combate de docentes, estatales, petroleros, de los barrios, de las organizaciones de derechos humanos y de muchos otros sectores oprimidos (Ídem). Junto a César Maravilla, Juan "rancho de paja" Godoy, "El peruano" Ángel Sánchez y tantos otros referentes de la caminata, Alcides Christiansen se destacó y capitalizó sus efectos. A partir de 1989 este viejo militante trotskista, famoso en Piedra del Águila, ganará las elecciones en la UOCRA neuquina enfrentando al propio Selesky y a Yáñez (que irán por diferentes listas),14 y será el momento de oro del activismo de izquierdas neuquino: un dirigente obrero, militante, de tradición trotskista —su militancia se remonta al PST-, cuadro destacado del MAS, está a la cabeza de la UOCRA Neuquén, para ese entonces un potente sindicato con miles de afiliados.
El MAS ya había enviado un par de cuadros para apuntalar las elecciones en vistas de su análisis político sobre el fin del período alfonsinista. Uno de ellos nos comenta:
Vengo a Neuquén porque se vienen las elecciones de la UOCRA(...), durante toda la década del 80' hubo un proceso de importantes luchas en a Argentina, sindicales, muchísimas como parte de las trece huelgas generales que declaró la CGT contra Alfonsín, por debajo eso iba generando una vanguardia amplísima, totalmente distinta a la pre dictadura militar(...) en todo el 80', estas importantes luchas que se dieron después(... ) cuando entró en la verdadera democracia burguesa, que es ir achicando el nivel de vida de los trabajadores y generándole cada vez mas penurias. Esa vanguardia que resistió, tenia una expresión por arriba con las huelgas generales y la marchas gigantescas hacia Plaza de Mayo, y tuvo una expresión hacia abajo, hacia las estructuras, de una consolidación gigantesca en las comisiones internas de los cuerpos de delegados (Testimonio de Joaquín, MAS, 12/ 06/ 2007)
Dato poco estudiado en la literatura sobre las luchas sindicales, efectivamente el MAS y la izquierda supieron ganar comisiones internas de varios sindicatos y lograr una
14 El enfrentamiento entre Evaristo Selesky y Alcides Christiansen era en cierto punto previsible: éste último tenía gran influencia en el bastión obrero de Piedra del Águila, y aprovechó hábilmente los traspiés de Selesky —y su pasado radical-, en especial durante las huelgas del año '87 en donde se desentendió de apoyarlas. Christiansen salió oportunamente a denunciarlo y fue un golpe decisivo previo a las elecciones. Por otra parte, con Yáñez, entonces militante del PO, la unidad no resultó y la fuerte implantación del MAS volcó, junto a la figura de Alcides, la victoria hacia ellos.
considerable influencia en sectores como los trabajadores estatales, docentes, bancarios, seccionales de la UOM, y la construcción (Fraga, 1991).15
Luego de sobrellevar el proceso de normalización sindical iniciado en 1984, el grueso del movimiento obrero organizado se encuentra inmerso en una crisis política por disputas en los diferentes alineamientos políticos, cuestión que produce, junto a los primeros efectos de las políticas neoliberales, la emergencia de una notable combatividad a nivel de regionales o seccionales de grandes gremios (Villanueva, 1994). La CGT se encontraba dividida básicamente en dos bloques: los que se alienaban con el peronismo renovador, esto es, Ubaldinistas y los Veinticinco, por un lado, y el bloque ortodoxo compuesto por el Miguelismo y los Quince. Gerardo Martínez, afín a Ubaldini, lidera la UOCRA hacia 1989, un sindicato que agrupaba a mas de 180000 afiliados y que anteriormente era conducido por Juan Farías, también ubaldinista y con buenas relaciones con las 62 organizaciones.
En Neuquén, igual que en diversas regiones y obras del país como Yaciretá, Misiones e incluso disputando a nivel nacional, la izquierda (MAS, PO, PC) presenta listas bajo el mote de frentes de agrupaciones "combativas" y "antiburocráticas", Lista Naranja, o Morada-Granate.
Para 31 de marzo de 1989, sobre unos 4000 afiliados al gremio neuquino, vota aproximadamente el 68% del padrón y elige, entre 5 listas presentadas, a Alcides Christiansen (Lista Naranja: 38% de votos) como secretario general de la UOCRA (Fraga, 1991:68). A partir de este triunfo, la influencia del MAS fue indiscutible:
...ahí fue el esplendor de la UOCRA, ahí un obrero muerto significaba una marcha en el centro de la ciudad(... ) cuando murieron los tres famosos obreros de Piedra del Águila, se hizo el cortejo fúnebre en Neuquén con 800 obreros de la construcción marchando y velándolo, parándonos en la Casa de Gobierno para decirles que eran responsables de esos muertos. O sea fue un momento de clasismo muy fuerte acá, y eso se reflejó dentro de docentes, se reflejó dentro de la fruta, con el triunfo del PC y se reflejó con corrientes opositoras en ATE, y en el hospital (... ) el trotskismo también era parte de la dirección de los docentes universitarios (Testimonio de Joaquín MAS, 12/ 06/ 2007)
15 Según este autor, el MAS realizó un Congreso de los '90 al que asistieron 10000 congresales. La composición de los delegados revelaba que 1782 pertenecían a estatales (206 delegados), 1751 provenían del gremio docente (257 delegados), 1132 eran trabajadores del gremio de la construcción (51 delegados) que había ganado 6 seccionales, 923 trabajadores eran de ferroviarios (128 delegados), 966 de sanidad (151 delegados), y 297 bancarios (47 delegados). Fraga también sostiene que el MAS es la fuerza hegemónica en la izquierda sindical de fines de los '80 (Fraga, 1991:51).
Además de ganar en la seccional Neuquén capital, Christiansen gana en San Martín de los Andes y en Piedra del Águila, donde al año siguiente (05/06/1990) la Lista Naranja arrasa con el 57% de los votos (Fraga, 1991:72). Sin embargo, para la dirección que asume el 22 de abril de 1989 las cosas no resultarán tan brillantes, ni para la UOCRA, ni para el MAS. La nueva conducción no será reconocida por la UOCRA nacional ni por su rival más cercano, Selesky. Según los testimonios disponibles, los padrones estaban aprobados por la junta electoral, pero la posibilidad de votar con la libreta de obra en mano, aun para aquellos que no realizaban aportes al sindicato, ocasionó un litigio que duró tres años al fin de los cuales la embestida jurídica de la UOCRA nacional resultó imparable.
En esta tensa y precaria situación tuvo lugar la efímera y simbólica fundación del SITRAC (Sindicato Independiente de Trabajadores de la Construcción de Neuquén), el 28/09/1991, sobre el final del mandato de Christiansen, cuando la ausencia del envío de fondos, los juicios y amenazas de desalojo, entre otros, hicieron de la cuota sindical voluntaria el único sostén del novel sindicato. A pesar de ello el SITRAC juntó 6000 afiliados y democratizó ciertas prácticas sindicales:
Y era impresionante. ¿Sabés cómo se juntaba la plata, no? No era el 2%, eran 2 pesos. Nos llegaba la planilla, los delegados con la plata lista, firmábamos, se pegaba quién puso, se pegaba en qué se gastó y así (... ) se sacaba fotocopia de la boletita y se daba al delegado, se pegaban las ultimas hojas en la pizarra y las otras en la carpeta. El cuenteo de boleta, de lo que se gastaba, todo, no se gastaba casi en nafta porque vivíamos a dedo, aparte se paraba en casa de compañeros, no se gastaba en hotel, nada... (Testimonio de Alcides Christiansen, 13/06/2007).
Increíblemente, la crisis económica acechante y las prácticas de la izquierda argentina sellaron la suerte del SITRAC: lo que pudo haberse transformado en una experiencia sindical de izquierda interesante desde el punto de vista de la democratización de las relaciones sindicales y laborales, algo recalcado por los estudiosos mas destacados del fenómeno del clasismo (Brennan, 1996, Gordillo, 1999), terminó ahogado, por un lado, por el abrupto corte de la obra pública que aumentó drásticamente los niveles de desocupación en el gremio, y por el otro, la inocultable crisis interna del propio MAS, que estallará, se dividirá, y finalmente desaparecerá llevándose consigo las energías de sus desorientados militantes. Intervenida la UOCRA, con la policía desalojándolos del local sindical, con la oposición de Leiva enquistado en la obra social —un hábil "burócrata" alineado con Gerardo Martínez-, del MPN que no aceptaba reconocerlos sindicalmente, y con Alcides Christiansen sancionado por 99 años bajo el cargo de
desacato a la autoridad gremial, el SITRAC resistió apenas 7 meses en un diminuto local, al lado del que poseía el MAS en el centro de la ciudad de Neuquén.
Entre 1988 y 1990 el MAS regional Neuquén reunía a un centenar de afiliados (la mitad de ellos en la UOCRA)16 y había volcado todas sus energías alrededor de los obreros de la construcción. En la campaña financiera del '89 logró 1870 aportes de obreros de la UOCRA sobre un total de 3000 aportes reunidos en la provincia (el segundo sindicato aportante, ATE, no superaba los 200); controlaba la mayor concentración de obreros de la provincia en Piedra del Águila (2000 obreros en 1991); y según los balances internos y minutas de discusión, se había logrado la práctica de revocabilidad de delegados, la renovación de 200 comisiones internas, los aportes directos de la cuota sindical y la publicación de las finanzas públicas (publicación de balances), la desafiliación de la UOCRA nacional (o pagando doblemente), el impulso desde Neuquén de la Corriente Naranja, posicionándose Neuquén como cabecera opositora a la conducción nacional de Gerardo Martínez, además de que "fuimos educando a los obreros en el clasismo con nuestra prédica constante antipatronal y antiburocrática" (MAS, Balance Regional Neuquén, 1991).17 Pero que las cosas no marchaban bien desde un inicio queda plasmado claramente en el amargo balance que elabora la regional neuquina: a la falta de un "equipo de dirección", de una política agresiva de captación de obreros, de capacitación política, con una dirección regional "débil" —"sin experiencia en la lucha de clases"-, y abrumada por la resolución de cuestiones puramente sindicales ("desviación sindicalista", "burocratismo", "electoralismo"), con serias dificultades para establecer lazos de solidaridad con el resto de los sindicatos combativos como el de docentes y estatales, hay que agregar un dato insoslayable: el marcado desinterés de la dirección nacional del Partido hacia el fenómeno de la UOCRA y sus visibles facciones internas; ambas cuestiones resultaron un cóctel mortal para la regional Neuquén. Por todo esto, el MAS neuquino hablaba inexorablemente de "...la oportunidad que perdimos..."
Conclusiones
.. .aquí en Neuquén el tema de la UOCRA tenía que ver, a mí me parece, con una cuestión concreta, que era esto de, bueno, si hay cuerpo de delegados, como son los delegados, su formación política, su influencia,
16 Cifras aproximadas: "¿qué cantidad de adherentes, simpatizantes, amigos o simplemente los que dicen 'soy del MAS' tenemos en la construcción, por ejemplo?. No lo sabemos" (MAS, Balance Regional Neuquén, 1991: 12, remarcado del original).
17 El Balance establece la siguiente periodización local: 1) desde el Congreso del MAS en el año '88 hasta ganar la UOCRA, que coincide con las elecciones nacionales y la caída de Alfonsín; 2) desde la asunción en la UOCRA hasta la Conferencia del MAS en los '90, incluidos otros conflictos locales, como los de la fruta, bancarios, etc.; y 3) desde la Conferencia hasta la escritura de este Balance.
mas o menos masiva, pero también con una carga simbólica que venía del Chocón..., a mí me parece que la UOCRA acá en Neuquén, como que aun desde la burocracia sindical, como que bueno., había una fuerte impronta simbólica, si vos querés, pero que quedaba, digamos, de lo que había sido el Choconazo, y que entonces necesariamente un delegado de la UOCRA, y. , si no era, había que sospechar que era de izquierda o simpatizante de izquierda (Testimonio de Marcelo, ex PO, 15/12/2007)
Este militante de izquierda neuquino, que militó en el PO junto al equipo de Yáñez, que conoció y simpatizó luego con el MAS, que participó y vivió intensamente las huelgas de la construcción, que luego activó en las protestas del combativo sindicato docente neuquino (ATEN) durante la agitada década de los '90, agudo lector y observador del mundo sindical neuquino, me transmitió la imagen de que las huelgas de los obreros de la construcción de los años '84 y '86 pertenecían en realidad a una etapa histórico-política en retirada. Multitudinarias movilizaciones de obreros, marchando con sus cascos y borceguíes, con carteles representativos de sus obras, desfilando disciplinadamente,18 destacando claramente sus columnas de las de otros sindicatos y de la población en general, con métodos de persuasión duros.19 En especial la imagen de la huelga de 1984:
esa huelga fue muy clasista para mi gusto, políticamente hablando. Claro, estaba Juan Yánez y, con su formación, la presencia del PO, bueno., fue una huelga del PO y entonces embretó a la sociedad neuquina en estos términos, o la huelga ó.! (...) rompió aguas porque sus métodos., implicó que bueno, hay que tomar partido, o sea como que no quedó posibilidad de mirar con simpatía la huelga, había que involucrarse, y entonces bueno, bajar unos obreros del andamio, a la fuerza, ¿está bien o está mal, eh?, cerrarse los obreros sobre la avenida Argentina, cerrarse sobre los automóviles y, ¡estamos de huelga!, ¡aporte para el fondo de huelga!, empezó a implicar para los sectores medios, cierta carga de, bueno, 'acá me están embretando', porque sino, no, no, no había palos, no había amenazas pero., se cerraba el paso para el vehículo, no se ponía piedras, pero. al paso de los autos.
18 ".Con la particularidad que de esas marchas de la construcción a mí me quedaron esas imágenes, este, que también ahí tenía que ver esto del clasismo, no eran marchas donde la gente charlaba entre ella (...) hasta de cómo marchar, eh?, o sea, filas, hileras, los cánticos.". (Testimonio de Marcelo, 15/12/2007).
19 Respecto del cómo los activistas buscaban adherir más obreros yendo a las mismas obras en actividad para que se plieguen a la huelga, me comenta: ".los obreros a la mañana iban a las obras y, ¡o te sumás a la huelga o te sumás a la huelga.!, y se bajaban a obreros que querían seguir trabajando!"(Testimonio de Marcelo, 15/12/2007)
A contracorriente de aquella primavera democrática pos-dictadura caracterizada por la afiliación de vastos sectores de la sociedad a los partidos políticos tradicionales, el clasismo militante de estas movilizaciones obreras no podía menos que alimentar un espejismo sobre el verdadero poder de los obreros movilizados y de la izquierda que los acompañaba; al frente de ellos, la sociedad neuquina ciertamente acompañó con solidaridad estas huelgas pero también apoyó al MPN quizás más en sintonía con la defensa de los valores de la democracia recién reconquistada y la necesidad de preservar el orden y la "paz social", que con ánimos de volcarse hacia una radicalización política. Ese espejismo, o mejor, ese tránsito hacia la desaparición -relativa y temporaria- del componente obrero20 en la conflictividad social marcaría, siguiendo una hipótesis de trabajo, el cambio de época característico de los '90 que indica la preeminencia desde entonces de los conflictos liderados por asalariados estatales (administración pública, empresas estatales, docentes), la irrupción del fenómeno de los desocupados organizados y finalmente las protestas de matriz "ciudadana".
Pero sucede que allí mismo, en el corazón de la experiencia de organización de los desocupados, resurgirá la tradición de los obreros de la construcción. En efecto, al promediar la década de los '90 muchos de los activistas y dirigentes del gremio de la construcción neuquina serán protagonistas —como desocupados- en la constitución de la primer Coordinadora de Desocupados de Neuquén hacia 1995 (Sandoval et al, 1997, Oviedo, 2002, Aiziczon, 2008). Perseguidos, reprimidos o encarcelados tras la toma violenta de la Casa de Gobierno durante ese mismo año (así ocurrió con Alcides Christiansen y Horacio Panario entre otros), la desintegración de esta experiencia generará una nueva diáspora militante que finalmente resurgirá, ya bajo el formato de tradición, en ocasión de inscribir nuevas luchas en el continuo inaugurado allá lejos con el Choconazo.
Tal es el caso de los obreros de Cerámica Zanón, puesta a producir bajo control obrero a inicios del 2002, y cuya imagen anclada en el clasismo busca apuntarse en aquella historia. Por eso, la presencia y las palabras iniciales de sus máximos dirigentes,
20 "Obrero" no debe entenderse aquí en contraposición a "trabajador". Obrero en sentido fuerte apunta a cierto modelo ideal del sujeto que es pensando como estratégicamente central en el conflicto —de clases- de las sociedades industriales modernas y que, por otra parte, constituye el locus constitutivo del pensamiento y la acción de izquierdas. Ese "obrero" incluso genera cierto extrañamiento al interior del campo militante cuando en su seno se encuentra la personificación de tal modelo. Así era visto Yáñez por un militante de izquierda "no obrero": ".la admiración que yo sentía por Juan Yánez era porque él era uno de ellos, en su vestir, en su andar, en sus gestos, Juan Yánez era una persona que cuando teníamos que afiliar para el PO, con la cara él se metía en cualquier barrio, de los potencialmente peligrosos. P- No era un extraño.
R- Efectivamente. Uno de los sobrenombres no muy conocido de Juan en las obras, era "gorro e' lana", porque decían que calentaba la cabeza de los compañeros. El había venido de Chile con una muy buena formación política, acá la prosiguió y bueno, en los compañeros de la UOCRA tenía una fuerte influencia" (Testimonio de Marcelo, 15/12/2007. Destacado mío).
Alejandro López y Raúl Godoy, en el sepelio de Yáñez —sí, otra vez Yáñez, nuestro pretexto-, señalan la inscripción en ese trayecto histórico de luchas, y algo más: volviendo a la imagen fuerte del mundo obrero en retirada —o si se quiere, en suspenso-, la invención de una tradición (Hobsbawm, 2002) a través de prácticas ritualizadas para poder ser transmitidas, tales como el relato oral, la rememoración, la predisposición a la acción directa de las bases, las luchas simbólicas, los sentidos y las palabras (escritas o no) —las minutas partidarias, los balances, los boletines de lucha- puede indicar también una forma (¿conservadora?) de reacción a un mundo movedizo, en transición, y en donde los ecos del clasismo, la lucha de clases y la figura emblemática del obrero quizás permitan anclar, a través de la diáspora de los cuerpos, una identidad que hoy emerge debilitada o en peligro de extinción.
Recibido: 4 de abril 09 Aceptado: 2 de julio 09
BIBLIOGRAFÍA
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FUENTES ESCRITAS
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"Juan Yáñez, hasta el socialismo siempre", en Periódico PORmasas, número 195, 6/08/2006, Buenos Aires
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ENTREVISTAS ORALES
Joaquín, PST, MAS, 12/06/2007 Marcelo, PO, 15/12/2007
Alcides Christiansen, MAS, UOCRA, 13/06/2007